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domingo, 3 de agosto de 2014

La acusación de antisemitismo como disculpa para justificar la barbarie. El parangón sionismo-nazismo.




Bandera utilizada durante la manifestación en Auckland (Nueva Zelanda) el 19 de julio de 2014, ante la Embajada de EE.UU., para denunciar la masacre que Israel lleva a cabo en Gaza. Imagen: galería Flickr de Peter Jennings.



"Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío
 y los israelíes me hacen sentir vergüenza de ser judío"
Israël Shahak 
(Autor israelí antisionista, Varsovia 1933 - Jerusalén 2001)

Pienso en ustedes
y no acierto a comprender
cómo olvidaron tan pronto
el vaho del infierno.
Luis Rogelio Nogueras, Wichy El Rojo


¡Antisemita! Es la palabra mágica que los responsables del terrorismo sionista utilizan para defenderse de las críticas que reciben. Cada vez alguien osa publicar un artículo o hacer declaraciones denunciando la barbarie del estado de Israel en Palestina, el engranaje ideológico al servicio de éste responde con una acusación de antisemitismo.

Viñeta de Latuff sobre las
 acusaciones de antisemistismo

El antisemitismo es parte esencial de la ideología racista del nacional-socialismo de Hitler. En base al mismo tuvo lugar el genocidio contra los judíos. El antisemitismo no nació con el nazismo, sino que es muy anterior y tiene un dilatado recorrido histórico. Pero fueron los nazis quienes lo convirtieron en piedra angular de una política de exterminio que escribió una página negra en la historia humana.

De esta forma, cuando uno es acusado de "antisemita" por hacer críticas al terrorismo de estado de Israel y a su política imperialista, equivale a sugerir que se le está identificando con la bestia del nazismo. Sin embargo, además de ser una falacia, parte de una absurdo, de una raíz lógica incongruente: los palestinos (los árabes en general) también son semitas, de manera que malamente se puede ser antisemita cuando se está criticando la barbarie de una parte contra el conjunto. Lamentablemente, en esto, la maquinaria de propaganda sionista juega con la ignorancia de la mayoría de la gente, que no es capaz de entender qué significa "semita" o cuál es la diferencia entre antisemitismo y antisionismo.

Las acusaciones de antisemitismo se relacionan con el victimismo que Israel ha sabido explotar desde el final de la II Guerra Mundial. Israel no dudó en sacar partido al horror de los campos de concentración nazis; ha mercantilizado el sufrimiento y la memoria de las víctimas para hacer un chantaje político permanente y, lo que es peor, para llevar a cabo una barbarie que en muchos aspectos recuerda a la de los nazis. Si existe algo mezquino, canalla, criminal, inhumano... es ampararse en la memoria de las víctimas para llevar a cabo una barbarie de semejante naturaleza.

Hay quien sigue considerando hiperbólico el parangón entre los nazis y los sionistas. Personalmente cada vez me reafirmo más en dicho parangón (téngase en cuenta que establecer una relación de comparación necesariamente no es lo mismo que establecer una relación de identidad). Vayamos a unos cuantos ejemplos a modo de flashes.

Cuando un colaborador de los servicios de Inteligencia israelíes (del servicio militar en concreto) como Mordechai Kedar, declara que "violar a las mujeres palestinas disuadiría de los ataques" (ver sus declaraciones pinchando aquí), el calificativo de nazi es el más suave que se le puede otorgar. ¿Y qué decir de la diputada israelí Ayelet Shaked, que propone la demolición de todas las casa de los palestinos y el asesinato de todas las madres palestinas para que no puedan dar a luz a "pequeñas serpientes"? (Léase "Exterminemos a los árabes, comenzando por los niños") ¿Cómo calificar que esta misma diputada diga que "nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre"? Yo lo tengo claro: quien así habla, es un nazi. 

Hitler y los nazis se ampararon en que los alemanes constituían la raza aria superior, a partir de lo cual se legitimaba la conquista y sometimiento de otros pueblos y su exterminio incluso. Israel se ampara en que es el pueblo elegido por Dios; apela al derecho divino para llevar a cabo la masacre y expulsión de los palestinos: es el eje del discurso político sionista. Las líneas argumentales en uno y otro caso, no son tan diferentes.  

Los nazis invadieron Polonia justificándose en la necesidad de "espacio vital" para la raza superior. Israel va anexionándose progresivamente los territorios palestinos reconocidos por Naciones Unidos, porque necesita espacio vital para sus colonos, no habiendo otra legitimación que la de apelar a que es la tierra -dicen- que Dios les dio cuando creó al ser humano. Resulta muy expresivo el vídeo difundido recientemente, en el que un colono judío, beneficiario de la expropiación de tierra a los campesinos palestinos, intenta explicarle a varios damnificados palestinos la lógica del expolio: "La tierra de Israel fue dada por Dios a Abraham, Isaac y Jacob y nosotros somos el pueblo de Israel, hijos de Jacob. Esa fue su voluntad [de Dios]". El mismo colono les recuerda en varias ocasiones a sus interlocutores palestinos que "cuando el Mesías venga, ustedes serán nuestros esclavos":



Del canal de Youtube de Steve Jackson


Superioridad de la raza aria versus superioridad otorgada por la voluntad divina. No son cosas tan diferentes. En uno y otro caso, el resultado es el mismo: la barbarie, el exterminio del Otro, su sometimiento y expolio...

En "El discurso sionista a través de algunas citas históricas" mostrábamos cuál es el sustrato ideológico sobre el que se asienta la barbarie sionista, siendo muy difícil dejar de hacer una comparación con el nazismo. El sionista Ben Gurion, uno de los padres del estado de Israel, lo tuvo claro desde el primer momento "Debemos expulsar a los árabes y ocupar su lugar". La Primera Ministra de Israel, Golda Meir, decía en 1971: "Este país existe para cumplir una promesa del mismo Dios. Sería ridículo pedirle que lo legitimara". Para el genocida sanguinario de Ariel Sharón, lo que Israel hiciera o dejara de hacer, estaba por encima del bien y del mal: "Israel puede tener el derecho de llevar a los demás a juicio, pero ciertamente nadie tiene el derecho de llevar a juicio al pueblo judío y al Estado de Israel". Son atributos de la condición de ser el pueblo elegido por Dios, argumento equiparable a la superioridad de la raza aria utilizado por los nazis, como decíamos antes.

El mismo desprecio con el que Hitler y los nazis hablaban de los judíos, es mostrado por los líderes israelíes. El terrorista Isaac Shamir decía que los palestinos debían ser "aplastados como langostas…. sus cabezas aplastadas contra las rocas y los muros". Otro terrorista, al que le dieron el premio Nobel de la Paz, Menachem Begin, iba más lejos al negar la condición humana a los palestinos: "los palestinos son bestias que caminan sobre dos patas", declaraba. De igual forma que los nazis consideraban que los judíos eran sub-humanos, Begin -Primer Ministro de Israel entre 1977 y 1983- también consideraba que los palestinos carecían de una condición de seres humanos de pleno derecho. Negar la naturaleza humana para legitimar el exterminio, tal como hicieron los nazis y tal como hace Israel desde que existe como estado, sitúa sobre un mismo plano a ambos tipos de barbarie (para quien tenga interés, véase la recopilación de citas pinchando aquí).

Israel ha convertido la Franja de Gaza en una gigantesco campo de concentración, en la prisión más grande del mundo. Para encontrar un ejemplo equiparable, tendríamos que remontarnos a lo que fue el gueto de Varsovia durante al ocupación nazi de Polonia. De ahí que seamos muchos quienes comparemos el gueto de Varsovia con el gueto de Gaza.


Viñeta de Malcolm Evans. Malcolm Paul Evans (nacido en 1945 en Nueva Zelanda), es un dibujante que reside en Auckland. Web: evanscartoons.com

El genocidio sufrido por los judíos (también por los gitanos, los rusos, los comunistas..., de los cuales no se habla porque solo interesa que se hable de los judíos), es una proyección material, física, real... de la esencia del Mal. Pero lo es en un doble sentido: A) por el hecho en sí mismo, por el asesinato en masa; B) por la actitud que muchos nazis mostraron ante la barbarie: entre el regocijo, la satisfacción, la ausencia más absoluta de aquello que nos hace humanos, que es sentir una dosis mínima de compasión por el prójimo. Algo parecido cabe aplicar al canallesco comportamiento de muchos colonos judíos vecinos de Gaza, que al atardecer sacan de sus casas las sillas de playa, sus cervezas y palomitas, para disfrutar cómodamente desde la colina viendo el macabro espectáculo de los bombardeos israelíes sobre Gaza. Lo siento, pero para mí, quien así actúa, es también un nazi. Semejante hecho, también está proyectando esa esencia del Mal que antes mencionaba. Para llegar a alcanzar tal nivel de aberración, es preciso estar convencidos de que el Otro es una bestia sub-humana, una alimaña que hay que exterminar. De ahí el regocijo nazi ante las víctimas, el mismo regocijo que muestran los colonos judíos contemplando el sufrimiento de las víctimas de Gaza, el asesinato de niños y la destrucción dantesca del nuevo gueto de Varsovia

Así pues, no considero que resulte exagerado establecer un parangón entre la barbarie nazi y la barbarie sionista. Como tampoco resulta exagerado establecer un parangón entre la hipócrita complacencia y pasividad de las democracias occidentales mientras el fascismo crecía y se hacía fuerte en los años 30, y la misma hipócrita complacencia y pasividad que ahora muestran ante la barbarie del sionismo. Que nadie se llame a engaño: estamos hablando de cosas que forman parte de la misma naturaleza.

Esta nota crítica que he intentado plasmar de manera breve,  y que sin duda la propaganda sionista calificará de "antisemita", es suscrita por un sector minoritario de la sociedad israelí, que es plenamente consciente de lo que significa la barbarie sionista. El escritor judío Israël Shahak (Varsovia, 1933 - Jerusalén, 2001), autor de diferentes escritos y obras antisionistas (entre ellas, "Le racisme de l'État d'Israël", Guy Authier éditeur, Paris, 1975), declaraba: "Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío y los israelíes me hacen sentir vergüenza de ser judío". La periodista israelí Mira Bar Hillel, publicaba en el diario británico The Independent, el pasado 11 de julio, un contundente y crítico artículo titulado “¿Por qué estoy al borde de quemar mi pasaporte israelí?”, difundido recientemente en este blog. El conocidísimo Noam Chomsky lleva toda su vida denunciando la barbarie del sionismo. Quiero decir con esto, que el antisionismo existe también dentro del universo social judío.

Pero, lamentablemente, tales voces criticas desde la comunidad judía, son una minoría. La sombra de lo que significó el horror nazi, el olor del fascismo... inunda Israel, incitándonos a establecer un inevitable parangón.

A los responsables de Israel, cada vez les cuela menos la apelación al antisemitismo. Cada vez les resulta más difícil seguir explotando el recuerdo del sufrimiento de los judíos en la Alemania nazi. Entre otras cosas porque han alimentado el fascismo en la sociedad israelí. El blogger judío David Sheen, recientemente en un tuit resumía en pocas palabras el huevo de la serpiente del fascismo que se incuba en Israel, al informar sobre la manifestación de extrema-derecha que tenía lugar en el centro de Jerusalén el pasado 14 de julio:


Texto: Ahora: concentración de fascistas judíos en el centro de Jerusalén, cantando "¡Muerte a los árabes!" y "Traidores" e "Izquierdistas a Gaza". Tomado de palestinalibre.org


Apéndice: el macabro espectáculo desde la colina de Sderot. La muerte desde la primera fila del teatro del horror.

Resulta ya habitual que los colonos de Sderot (cercano a Gaza), los mismos que se beneficiaron de la expulsión de los palestinos de sus casas y tierras, contemplen y celebren los bombardeos israelíes desde la colina del pueblo, especialmente al atardecer y a primeras horas de la noche. Es el espectáculo del horror, de contemplar y disfrutar con el sufrimiento ajeno. Sacan sus sillas, sus aperitivos, sus cerveza y refrescos, y se recrean contemplando el dantesco show. Algunos lo llaman el "espectáculo de las luces"; otros, como el fotoperiodista danés Allan Sørensen, "Sderot cinema". Es un paradigma del Mal, la completa deshumanización del Otro. Cada vez que se produce una explosión sobre Gaza, “estallan los vítores y aplausos en la colina”, como explica el periodista danés Nikolaj Krak:

Israelíes sentados en la colina de Sderot observan la caída de una bomba sobre Gaza. Foto de Lior Mizrahi / Getty Images, 9-7-14. Tomada de palestinalibre.org

Israelíes observan desde un sofá en la colina de Sderot, el bombardeo a Gaza el 12-7-2014. Fotografía: Menahem Kahana/Agence France-Presse. Tomada de palestinalibre.org

Israelíes reunidos el 14 de julio de 2014 en la colina de Sderot para ver el bombardeo sobre Gaza. Foto: Lefteris Pitarakis / AP. Tomada de palestinalibre.org


Escribe el periodista danés Nikolaj Krak, testigo de los hechos ("When bombs receive applause"):
“La colina se ha transformado en algo que se asemeja más a la primera fila de un teatro de guerra. Ofrece una visión directa de la densamente poblada Franja de Gaza. La gente ha arrastrado sillas de camping y sofás a la cima de la colina. Varios se han sentado con bolsas de palomitas de maíz crujientes, mientras que otros fuman pipas de agua y conversan alegremente (...). 
La charla en la colina se queda en silencio por un momento. De repente, el cielo nocturno se ilumina con un potente flash, mientras que una alta columna de fuego se eleva en Gaza. Unos segundos más tarde, la tierra es sacudida por un rugido sordo. Entonces estallan los aplausos en la colina.(...) 
Su amigo Aaron [un israelí de Jerusalén desplazado para asistir al espectáculo] exclama: 'Esto es una buena diversión (...) Es muy bueno estar aquí. Usted puede sentir el trueno y ver los cohetes. Es una búsqueda de la emoción' (...)".

Israelíes reunidos en julio de 2014 en la colina de Sderot para ver y celebrar el bombardeo sobre Gaza. Foto: difusión por Twitter.

Israelíes reunidos en julio de 2014 en la colina de Sderot para ver y celebrar el bombardeo sobre Gaza. Foto: difusión por Twitter.

Así lo han visto algunos historietistas... 

El australiano Glen Le Lievre, expresó de manera magistral este teatro vivo del horror a través de la siguiente viñeta, publicada hace unos días:


Viñeta de Glen Le Lievre en el Sydney Morning Herald, 26-7-14. 
Web: www.glenlelievre.net


En la misma línea, así se expresaba Dragan:







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6 comentarios:

  1. Además tampoco se puede confundir el antisionismo con el antijudaísmo. Hay bastantes judíos, incluso habitantes de Israel que se oponen a la política que está siguiendo su gobierno. Pero la opinión mayoritaria es de extrema derecha y apoya estos genocidios.

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    1. Completamente de acuerdo contigo. Añadí un párrafo al texto original, recordando lo que dices. Es importante tener en cuenta la diferencia que mencionas.

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  2. Completamente de acuerdo. Lo llevo a mi muro...........de FB.
    Saludos y abrazos a tod@s.

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  3. Solo una cuestión: si se cuenta la historia de los nazis y de Hitler como los judíos la han escrito, por mucho que se les quiera comparar con ellos, nunca se podrán comprender los verdaderos motivos de la política de Hitler y del propio personaje en sí, a la par que los propios judíos tendrán suficientes motivos para refutar esa teoría. Sin olvidar que la negación de la historia oficial de la 2 Guerra Mundial está castigada con penas de cárcel.

    Por otra parte, decir que Alemania invadió Polonia solamente por algo tan pueril como "el espacio vital", es que poco hemos avanzado con la historia.

    Saludos

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  4. He retirado un tuit que parece ser que era un fake. Pido disculpas por ello.

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  5. Muy buen artículo, mientras lo leía se me ocurría un ejemplo de esos ejercicios escolares de completar el hueco en un texto, y contando esta historia muchos la confundirían con la Alemania de los años 30-40...
    Respecto a la comparación de los sionistas con los nazis, yo iría incluso más allá, el comentario de Nacho decía que no se pueden comprender los motivos de Hitler, pero si no recuerdo mal, su motivación inicial antisemita fue creer que los judíos, al ser más inteligentes, habían provocado la ruina de Alemania (por su capacidad de manejo económico), y por eso los exterminaba. Después esa idea se integró en el fascismo y derivó al racismo puro, pero como digo, incluso los alemanes reconocieron una condición social a los judíos que los israelitas les están negando a los palestinos.

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